Por Isabel Garbanzo.
En estos días…bueno meses, muchos de nosotros vivimos con la sensación de que estuviéramos detenidos en el tiempo, a la expectativa de noticias alentadoras, sin prisas, cumpliendo nuevos “horarios”, nuevas “restricciones”.
Son estos, tiempos de muchas preguntas, la mayoría sin respuestas, porque enfrentamos algo inédito. La normalidad, libertad y sensación de seguridad a la que estábamos acostumbrados, hace rato desapareció.
Estamos inundados de información sobre qué hacer y qué no hacer para protegernos del Covid-19. Las consignas, las reglas y protocolos a seguir tienen el matiz de esto es nuevo, estamos aprendiendo y probando qué funciona y qué no, hasta nuevo aviso. Los contagios de nuestros semejantes, los decesos y partida de seres queridos se convirtió en números a reportar como parte de una estadística.
La mayoría de la información que recibimos tiene una connotación negativa, algo semejante a un caleidoscopio de pesimismo. No por nada lo primero que se manifiesta es la incertidumbre y con ella la ansiedad. La curva ya no es curva, al menos a mí me da la impresión del grafico de una empinada montaña. Es lo que hay, montañas de incertidumbre… ansiedad.
En medio de tanta incertidumbre y pesimismo tenemos la oportunidad de sacar algo positivo de este tiempo, de ese que nos permite mirar el mundo desde nuestra ventana “empañada”, esa que nos imposibilita ver con claridad el horizonte.
Mientras se “desempaña” la ventana y el mundo, el de los otros y el nuestro, aprovechemos que la velocidad exterior disminuyó, para lograr entrar en conexión, transformarnos y encontrar la paz que tanto estamos necesitando.
Regresemos a lo esencial, empecemos a entender lo que es realmente importante para nosotros. ¿Quiénes somos?, ¿Qué hemos hecho con nuestra vida?, ¿Qué queremos hacer con lo que nos queda de ella?, ¿Qué es lo que más anhelamos hacer cuando todo esto pase?, ¿Qué es lo vital para nosotros, lo esencial?, ¿Será acaso eso que no compramos con dinero? ¿Qué nos da paz, sentido de valía?, ¿Qué y a quién atesoramos?, ¿Cuántas más preguntas de este orden tenemos?
Caigamos en cuenta que nuestra vida no tiene mucho sentido si no sabemos estar con nosotros mismos; por ello, usemos este tiempo para reconectarnos con la esencia de nuestro ser, para sentir paz, en vez de incertidumbre, y serenidad en vez de angustia.
Esta crisis nos da la oportunidad de ir más despacio, para conocernos y re-conocernos,..
psicóloga – psicoanalista y consultora de RRHH para pequeñas empresas
Comments