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PONENCIA DIGITAL: ¿Por qué sexualidades femeninas?

Updated: Apr 8

Escrito por Kira Schroeder


A principios del 2024 abrí un espacio virtual en el marco de la Asociación Costarricense para la Investigación y el Estudio del Psicoanálisis (ACIEP) titulado “Lectura compartida: Sexualidades Femeninas”. Resultó en un año de muchísimo aprendizaje y como estamos por empezar un segundo ciclo del espacio, quise compartir con ustedes algunas reflexiones sobre su origen, su recorrido y sus efectos. 




Origen 

Dos experiencias marcaron mi deseo de construir este encuentro de compartir lectura. Por un lado, fui parte durante seis años de Escucharte, un proyecto de prevención psicosocial con menores de edad en Pavas. El equipo interdisciplinario que acudíamos al Centro Comunal de Finca San Juan de Pavas, nos reuníamos al final de cada bloque de trabajo con los y las usuarias y compartíamos lo ocurrido durante la mañana, proponíamos estrategias de intervención y nos dábamos sostén unos a otros en ese pensar juntos. Cuando vino la pandemia y tuvimos que atender a las y los chicos virtualmente, perdimos ese espacio de reflexión conjunta. Lo resolvimos con una reunión virtual semanal para hablar de los casos. Como complemento propuse leer juntos, y así creamos el espacio de Lectura Compartida donde escogimos un texto y cada persona se encargaba de leer una parte y entre todas lo comentábamos. Ese acompañamiento fue muy importante en la época tan dura que vivimos en el 2020 y 2021. De ahí viene este recuperar un espacio virtual de lectura compartida. 


Por otro lado, tuve la oportunidad de ser investigadora en el Centro de Investigaciones sobre la Mujer (CIEM) de la UCR, en un proyecto sobre violencia obstétrica. Leí más de 40 artículos en inglés sobre el tema y encontré que algo repetía en muchos lugares del mundo: en los hospitales, cuando las mujeres en proceso de parto se quejaban, algunas personas del personal de atención a la salud les reclamaban “ahora te estás quejando, pero no te quejaste cuando estabas haciendo al bebé”. Esa repetición me llevó a la hipótesis de que había en estos comentarios un reclamo subyacente por haber gozado del encuentro sexual. Además, me brotó el interrogante de por qué al personal que atendía estos partos les generaba malestar ese disfrute de las mujeres en el ejercicio más directo de su sexualidad. 


También en la UCR fui docente de grado. Un día dando clases tuve una experiencia fuerte que abrió otra pregunta. Intentaba explicar el concepto de objeto a en Lacan, y retomaba la propuesta de Freud del recorrido de la libido por los agujeros del cuerpo, y cómo de ese esos agujeros se desprendían objetos que significaban pérdidas. A la pérdida de objeto oral, anal y fálico de Freud agregué en mi clase, el escópico e invocante de Lacan. En ese momento me fue evidente que no había nombrado la vagina. La vagina que puede recibir un pene, que puede parir a un bebé, por donde emana la menstruación. Me pregunté por qué no la mencionaba. ¿Por qué no había oído hablar teóricamente de la menstruación o la menopausia cuando eran fenómenos de los cuales mis pacientes hablaban a menudo en sus sesiones? 


Cuando terminó mi pasaje por el CIEM, comencé a investigar estas preguntas por mi cuenta y presenté textos al respecto en varios encuentros con colegas. Luego me percaté que cuando participé de la investigación sobre violencia obstétrica lo más interesante era discutir con las otras investigadoras. Así que me propuse abandonar la soledad, e invitar a quienes quisieran acompañarme en esas preguntas. 


El nombre 

Al espacio de lectura compartida lo llamé sexualidades femeninas aludiendo a un texto de Freud y otro de Lacan en cuyos títulos insisten en el significante “sexualidad femenina” y lo pluralicé para formalizar ese marco entre las dos visiones de dos maestros a cuyo campo teórico me aproximo. El plural también viene de la teorización lacaniana sobre la inexistencia de la excepción en el conjunto de las mujeres, que alude a una imposibilidad lógica de la esencia, que me llevó a proponer que habrían sexualidades femeninas. Esto no excluía la posibilidad de encontrar fenómenos universalizables, o conjuntos de fenómenos en ciertos grupos de cuerpos, pero sí apuntaba a una pluralidad y se alejaba de una esencialidad. 


Las expectativas

La idea era que este espacio tuviera al menos tres tiempos: el primero es la lectura individual que cada quien hace del texto, el segundo la reunión que hacemos por zoom para colectivizar los recortes de esa lectura, y el tercero la reflexión que cada quién hace a posteriori, y los efectos que eso pueda tener en su quehacer, en su subjetividad y en sus propias investigaciones. Un cuarto momento sería el de la escritura, ya sea individual o colectiva a la que pueda dar paso este ejercicio de lectura compartida. Todo lo anterior es motivado por las ganas y no por mandato, por el deseo y no por el deber. 

 

El recorrido

La convocatoria tuvo una buena acogida y en el primer encuentro les propuse construir un espacio horizontal, plural, abocado a las preguntas, alejado de las certezas, distanciado de lo políticamente correcto, donde los fenómenos clínicos, los relatos anecdóticos, y las creaciones artísticas tuvieran lugar como puntos de anclaje de las discusiones teóricas. Leer, recortar el texto, y pensar juntas fue la apuesta. Iniciamos con Tres ensayos de teoría sexual de Freud, y este nos fue llevando a otros textos freudianos. Algunas cosas interesantes dichas en ese primer encuentro por las personas que se sintieron convocadas: “Estoy estudiando violencia de género y me apetece venir aquí y pensar a las mujeres como gozantes, no sólo como receptoras de violencias”. “Estoy haciendo un proyecto de danza donde quiero explorar algo de las distintas experiencias vividas pensándolas desde el psicoanálisis, ya que no comprendo todos los deseos que me nacen, pero que a veces sí puedo expresar mejor desde el movimiento.” “Vos traés carne, traés la vagina, la menstruación, traés la sangra y la falta de sangre, y el agujero. Y la vagina se puede tapar pero está ahí ¿no?”. “Yo he estado tratando de formular un proyecto de investigación que tiene que ver con las formas en que las mujeres viven un enfermar relativo a la sexualidad, y me ha costado mucho encontrar las referencias, la teoría, las formas para decir lo que quiero investigar.” Con esas ganas comenzamos. 


Puntos de partida: Sujeto y sexualidad 

El sujeto del psicoanálisis es aquel que Freud acoge de lo que cae por fuera de la mirada de la medicina moderna y de la ciencia positiva. Foucault ubica el nacimiento de la clínica a finales del siglo XVIII, principios del siglo XIX, con el parte aguas que significó la posibilidad de hacer autopsias, es decir abrir los cuerpos y mirarlos por dentro para dividir y contabilizar sus partes. El saber sobre el enfermar queda entonces ubicado entre la mirada médica y el órgano enfermo. El decir del paciente sobra, pero Freud retoma esa palabra desechada y crea un quehacer con el sufrimiento humano que llamamos psicoanálisis. Método que da lugar a lo no tramitable por el método científico; llámese olvidos, equívocos, síntomas anatómicamente indescifrables, sueños, chistes, amores y odios. Freud les otorga estatuto de verdad, y les da un campo lógico llamado inconsciente. 


Por otro lado, Davidson plantea que la psiquiatría, siguiendo ese viraje, intenta pero tiene dificultad en encontrar esa correspondencia entre anatomía y patología en cuanto a las enfermedades sexuales. Los órganos reproductivos y las partes del cerebro resultan infructuosos para dar cuenta de las patologías sexuales. Para salir de ese impase concluyen que la enfermedad está en la desviación funcional del instinto sexual. Si el instinto sexual tiene como fin la reproducción, su desviación parte necesariamente de que se haga una división, hombre y mujer. Esta explicación le da continuidad a la división propuesta por la religión católica, y se une con la necesidad del capitalismo de tener mano de obra disponible, dándole estabilidad moral, social y económica a la división hombre – mujer. Dicha estabilidad tiene efectos sobre los sujetos, sin embargo, Freud nos dice, “Hace mucho que hemos resignado toda expectativa de hallar un paralelismo uniforme entre el desarrollo sexual masculino y femenino”. Podríamos decir que algo de esa estabilidad ha ido deteriorándose con la caída de los grandes discursos en la posmodernidad, y que la pluralización de las posibilidades identificatorias a una diversidad de géneros más amplia responde a esta caída. Pero también es cierto que algo insiste en esa división que no hace complementariedad entre los sexos, que hay algo del sexo tomado como separación, algo de lo femenino y lo masculino que no dejamos de usar en el lenguaje. A su vez, Freud propone que algo de esos dos fenómenos difíciles de definir habita a cada sujeto, y que la posición desde la cual se enfrente al otro y el objeto de deseo que escoja puede variar a lo largo de la vida. Lacan a través de sus fórmulas de la sexuación se centra más en una distribución de las formas de gozar, pero también advierte que no se estaría necesariamente siempre de uno de los dos lados. Es decir que también somos otro para nosotras mismas. Por lo tanto, cualquiera que sea la letra de la lista de géneros a la que el sujeto se identifique, es imposible sentirse cómodo allí, porque cualquiera de ellos es significante al fin. Ordenamiento significante que como otros tienen una imposibilidad de decir a ese sujeto hecho de carne y lenguaje, cuerpo hecho de historia donde los goces hacen marca, algunas de ellas indescifrables. No se puede decir qué es un hombre o una mujer, que es la esencia de lo masculino o lo femenino, pero eso no cesa de insistir en decirse, y por lo tanto es enigma que convoca a ser investigado. 


Sus efectos

Recorrimos además de Tres ensayos de teoría sexual (1905), Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina (1920), Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica de los sexos (1925), Sobre la sexualidad femenina y de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, la conferencia 33 (1933). 

El recorrido de los textos nos permitió seguir el pensamiento de Freud, identificar las diferentes fuerzas discursivas que forcejaban (moral, médica, filosófica, clínica) y su dedicación a repensar los temas según los nuevos hallazgos de su escucha y de las discusiones que se abrían con colegas y críticos. Así encontramos una teorización sobre un psiquismo construido alrededor de la historia de la sexualidad de cada paciente, y la constante insistencia de la sexualidad de resistirse a ser contenida en los conceptos, con especial dificultad en lo relativo a las sexualidades femeninas. 


Invitación

En nuestra primera reunión de este año repasaremos algunas de nuestras reflexiones y conclusiones y preguntas que construimos el año pasado, así que les invito a unirse y acompañarnos en este recuento. El repaso servirá como origen, para volver a lanzar las preguntas utilizando otros textos freudianos y lacanianos y continuar con nuestras búsquedas. 


Los efectos

Uno de los efectos que produjo en nosotras fue la alegría del encuentro, y la posibilidad de crear un espacio donde compartir, en el cual pudimos cuestionar sin cancelar, preguntar sin miedo a la censura y compartir sabiéndose respetadas. A partir del texto pudimos identificar tensiones y rivalidades que hemos vivido o visto, y tratamos de entender su origen. Pensar juntas resultó una forma de entender también nuestros tiempos. 

Hubo también efectos no esperados. Con el interés de compartir el espacio con colegas que trabajasen fuera del gran área metropolitana, enviamos una solicitud de divulgación del espacio por parte de ACIEP al Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica. El 03 de abril del año 2024 se nos informó por parte de la Junta Directiva del Colegio que no se avalaba la divulgación del espacio alegando que “(…) entre nuestros objetivos ha estado la búsqueda de una formación continua basada en modelos que tengan un respaldo científico actualizado de su eficacia.” Llama la atención esta respuesta que ignora los estudios de meta-análisis, en los que se ha comprobado que el psicoanálisis tiene efectos a largo plazo. Pero más allá de eso, vale la pena recordar aquí que de las extensionalidades planteadas por Aristóteles, lo universal, lo singular y el conjunto vacío, la ciencia se ocupa solamente de lo universal. El psicoanálisis, sin embargo, se ocupa de las tres. Al excluir del discurso científico lo singular y el conjunto vacío, es decir, al sujeto, eso retorna de lo real en formas no sin consecuencias. Por ejemplo, se puede borrar lo singular sustituyendo los nombres de las personas con números tatuados en el brazo, para luego crear a través del método científico el instrumento más eficaz para eliminarlas, como la cámara de gas. También es importante que el psicoanálisis le recuerde a la ciencia que a menudo el deseo del científico, su motor, no es el saber. A menudo es un producto, como la bomba atómica o la bomba H. 


Recientemente un colega visitante, al enterarse de que nos reuníamos en el espacio de Lectura Compartida a investigar las sexualidades femeninas, utilizó las siguientes palabras para calificar el proyecto: berenjenal, galimatías. El diccionario de la Real Academia Española define berenjenal como “terreno plantado de berenjenas” o “embrollo, jaleo, lío”. Seguramente porque mi primera profesión es de agrónoma, y me dedico a la producción de café, no le tengo miedo al monte, solamente respeto. Y además me dedico al psicoanálisis, es decir a un quehacer que sabe que no hay saber a priori sobre la sexualidad, es decir tampoco me echo atrás frente a los embrollos. En cuanto a la hermosa palabra galimatías, hace referencia en su etimología a “según Mateo” por la forma confusa en que Mateo habla de la genealogía al inicio de su evangelio. Definida como “lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas” y “confusión, desorden, lío”. En cuanto a la confusión en la genealogía, o en la búsqueda del origen, nosotras colocamos los textos de Freud como punto de partida, que no está exento de complejidades. ¿Quién no podría dar cuenta de la confusión sobre el origen? Y en cuanto a la oscuridad del lenguaje o la confusión de ideas, retorno a Freud en su texto sobre la sexualidad femenina: “Es muy posible que la precedente pintura del comportamiento de la niña pequeña frente a la impresión de la castración y a la prohibición del onanismo haya parecido al lector confusa y contradictoria. No es enteramente culpa del autor. En realidad, apenas es posible una exposición universalmente válida. En diversos individuos hallamos las más diferente reacciones y en un mismo individuo coexisten actitudes contrapuestas.”

Como dice Antonio Porchia, “Dirán que andas por un camino equivocado, si andas por tu camino”. 


Quedan cordialmente invitadas e invitados a seguir con nosotras en este viaje, en esta investigación, el próximo lunes 14 de abril de 2025 a las 6pm. Si yo tuviera que definir la palabra galimatías las imagino como grandes navíos que se embarcan por mares inconmensurables a buscar tierras y montañas y bosques y ríos, no importa si claros u oscuros, familiares o ajenos, conocidos y desconocidos, lo que importa es el ánimo por la búsqueda. 



Referencias:

  1. Schroeder, K. (2024) Horror feminae, horror vacui et al. SIN Vol. 5 Los celos, la paranoia y la homosexualidad. Escuela de la letra psicoanalítica. Pg. 19. https://eslep.com.mx/escrituras/revista-sinn/#flipbook-df_3270/1/

  2. Foucault, M. El Nacimiento de la clínica. Siglo veintiuno editores. Buenos Aires. 2204. pp. 4-5

  3. Davidson, Arnold. Editorial Alpha Decay S.A. Barcelona. 2004.

  4. Junta Directiva en la Sesión Ordinaria número 07-04-2024, celebrada el 03 de abril de 2024 acordó en el artículo Número IV del acta número 07-042024: ACUERDO: JD.CPPCR-269-2024.

  5. Shedler, J. (2012). The Efficacy of Psychodynamic Psychotherapy. In: Levy, R., Ablon, J., Kächele, H. (eds) Psychodynamic Psychotherapy Research. Current Clinical Psychiatry. Humana Press, Totowa, NJ. https://doi.org/10.1007/978-1-60761-792-1_2. Abstract: La evidencia empírica sostiene la eficacia de la psicoterapia psicodinámica. El tamaño de los efectos de la psicoterapia psicoanalítica es tan grande como la reportada por otras terapias que han sido promovidas activamente como “respaldada empíricamente” o “basada en la evidencia”. Adicionalmente, los pacientes que reciben terapia psicodinámica mantienen las ganancias terapéuticas y estas continúan mejorando una vez que termina el tratamiento. Finalmente, las terapias no psicodinámicas pueden ser efectivas en gran parte porque los terapeutas más capaces utilizan técnicas que han sido centrales en la teoría y práctica psicodinámica. La percepción de que las propuestas psicodinámicas carecen respaldo empírico no está de acuerdo con la evidencia científica disponible y puede reflejar la diseminación selectiva de los hallazgos de las investigaciones. 

  6. Arenas, G. Ciencia y psicoanálisis. Conferencia dictada en San José, Costa Rica el 13 de marzo del año 2025 en la sede de ACIEP. https://www.facebook.com/share/v/166JFLsfQX/

  7. https://dle.rae.es/berenjenal

  8. https://dle.rae.es/galimat%C3%ADas?m=form

  9. Freud, S. Tomo XXI. Amorrotu Editores. Buenos Aires Argentina. 1996. Pg. 235. 

  10. Porchia, A. Voices. Copper Canyon Pres. A Kage-an Book. Washington, USA. 2003. p. 34

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