Escrito por Nicole Loynaz
La experiencia del “enclosetamiento” es una experiencia vivida únicamente por personas que se identifican con orientaciones sexuales distintas a la heterosexualidad.
Esto dado a que la sociedad aun mantiene un orden heteronormativo, así como una actitud reaccionaria a la diferencia, la cual es la causa del estigma que se genera al rededor de la palabra gay.
Aun hoy en día persiste una connotación negativa que se asocia con esta palabra. Lo gay se puede asociar con una enfermedad, desviación psíquica o con el pecado.
El estigma afecta tanto al individuo como también a la familia o círculos sociales del mismo. Ha causado que por un lado muchas personas de orientaciones otras deciden callar su posición, algunas han sido calladas a través de agresiones, y otras que deciden expresarse no logran ser escuchadas.
Hay grandes repercusiones en el sostener este tipo de silencio. Aunque cada experiencia es única, las personas que callan pueden sentir un inmenso rechazo de si mismas, despersonalización, sentimientos de odio o pensamientos suicidas.
Aquellos que los intentan callar pueden acudir a agresiones de menos precio y desvalorización como el bullying, discriminación e incluso violencia física y psicológica.
Muchas de las personas que deciden expresarlo sufren inmenso terror, vergüenza, o culpa de hablar del tema con los otros de su al rededor, sienten que sus vidas pueden cambiar drásticamente por ser juzgados y señalados de por vida por padecer de una "condición nefasta”.
Incluso al lograr expresarlo, a algunas personas no se les escucha. No poder escuchar esta valiosa salida es un acto violento. Como por ejemplo el rechazo de parte de los seres queridos, o que el individuo sea echado de su hogar y núcleo familiar. Este tipo de actos causa que la persona se descoloque de su lugar en el mundo, puede causar serias depresiones, trastornos y problemas de aceptación e identidad.
La homosexualidad no es una condición, ni tampoco una elección, es simplemente una orientación sexual. La personalidad no cambia, ni tampoco sus valores, o su herencia psíquica familiar. La persona gay es persona, después de salir del clóset sigue siendo igual.
Si alguien dentro de la familia reconoce su propia orientación como gay, sufre únicamente por estigma. Dentro de la familia es muy importante abordar estos temas con sensibilidad y abrir las puertas, a pesar del estigma social, a brindar apoyo a la persona valiente que ha decidido hacer publica su orientación sexual.
Salir del clóset es un proceso tanto para la persona gay como para la familia. Ser gay no es un problema a tratar que necesite dicho proceso, si no que el proceso se trata de una adaptación y des-estigmatización dentro del núcleo familiar, que al mismo tiempo aporta a la des-estigmatización necesaria para nuestra sociedad.
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