Escrito por Etty Kaufmann Kappari
Alquila un cuarto por horas para dormir cuando no está trabajando. Y cuando trabaja, otros duermen en esa misma cama, cobijados con la misma sábana raída y con sus cabezas en la misma almohada.
Don José es guarda de horario nocturno en una urbanización de la capital. Toma dos buses, llega a su puesto a las 5:45pm, pone su lonchera en una esquina de la caseta y se acomoda para cumplir con su deber. Le toca estar a la entrada verificando cédulas, mascarillas y tomando la temperatura; dando autorizaciones o denegando el paso.
Cuida el sueño de cientos de personas.
En un maletín carga todas sus pertenencias: un cepillo de dientes, pasta, jabón, un sweater, dos camisetas, dos pares de medias, tres calzoncillos, un pantalón, un paño pequeño y el cargador del celular. Siempre anda el pelo corto para ahorrarse el problema de los piojos.
Termina su turno a las 6am, vuelve al cuarto que alquila por horas. Cuando se echa en la cama todavía tibia del cliente anterior, se relaja y piensa “que Dios me agarre confesado si me da el Covid.”
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